lunes, 4 de noviembre de 2013

HALLOWEEK IV: DRAGULA



681 kilómetros nos recorrimos hasta Pomona para vivir la auténtica experiencia de Halloween: la ceremonia de clausura de la Rob Zombie's Great American Nightmare, espectáculo que llevaba celebrándose todo el mes, y este sábado acababa a lo grande. 


Seguro que podéis adivinar por dónde se entraba.

Empezamos visitando las casas del terror, inspiradas en tres películas del anfitrión: The Lords of Salem era un laberinto que había que recorrer con la cabeza cubierta por una capucha mientras sonaba una musiquilla irritante e iban pegándote sustacos. The Haunted World of El Superbeasto no sólo era muchísimo mejor que el bodriete homónimo, sino que resultó ser el mejor espectáculo en 3D que he visto jamás. Y finalmente La Casa de los Mil Cadáveres, que estaba llena de imágenes repugnantes, representaciones de todo tipo de salvajadas y figurantes disfrazados que persiguieron a Bioletti por todo el recorrido.  


¿No es ese el monstruo de Golpe en la Pequeña China? 
El de detrás, listos.

Los Eagles of Death Metal dieron un concierto cumplidor, de teloneros. Empezaron flojicos ante un público bastante indiferente, pero consiguieron remontar a base de meter más y más caña. Cómo sería la cosa que Joey Castillo cascó la primera baqueta en la segunda canción y ya hacia el final reventó uno de los platillos (¡¿?!) por lo que Jesse Hughes y Dave Catching se vieron obligados a improvisar un descojonante duelo de guitarras. 


A continuación llegó Rob Zombie, el concierto que todo el mundo menos nosotros había ido a ver. Aprovechando nuestra inmejorable posición nos quedamos a verlas venir y acabamos flipando con el espectáculo más grande del mundo:  Instrumentos grotescos, chorros de espuma, robots gigantes bailongos, proyecciones satánicas, cañones de confeti, disfraces que cambiaban entre canción y canción, improvisada versión de Metallica con Urutsukidoji de fondo... pero lo mejor de la noche llegó cuando, para clamor popular, el guitarrista tocó el himno de USA con los piños y se cascaron la versión definitiva de los Grand Funk mientras caían globos enormes con los colores de la bandera y el recinto amenazaba con venirse abajo. La piel de gallina, oigan.



Ah, y tocaron Dragula, claro. 

(.)

5 comentarios:

  1. hijos de fruta! como lo gozan! joder joder, como me molaria a mi ver a rob zombie por estos lares...

    besos y abrazos.

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  2. Queremos veros disfrazados!
    Ne

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    1. Uy, pues no nos disfrazamos, pero tenemos unas cuantas ideas para el año que viene...
      Eso suponiendo que sigamos por aquí, claro. Aunque también podríamos ponerlas en práctica en Pamplona. En el Keops, sin ir más lejos.

      (.)

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  3. Jodor qué guapo todo!!! Me encanta el monstruo. Si que se parece al de Golpe en la Pequeña China. Y el craneo gigante cornudo es la leche!!

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